
25 Jun Triángulo Dramático, dinámicas relacionales
¿Crees que tu no entras en juegos psicológicos?
¿Sabes por qué te encuentras actuando con determinados roles y por qué sigues encontrándote con los mismos por parte de otras pesonas?
El psicólogo transacional Stephen Karpman lo explicó de una forma muy clara para que podamos verlo y ser más conscientes, más abajo te contaré pero ahora reflexionemos un momento.
¿Alguna vez te has sentido víctima?
Del comportamiento de otra persona ( sea jefa, amigos, pareja, hijos, familia…)
Del gobierno.
De tu propio comportamiento.
De dios
¿Alguna vez te has comportado como una salvadora?
Pretendiendo ayudar a otros.
Intentando evitar el sufrimiento de alguien.
Creyendo que tu si puedes con algo que le pesa a la otra persona y haciendo algo que no te pertenece.
Dejando a un lado tus necesidades para hacer algo que sientes que la otra persona no hará por sí misma por algún motivo ( es mayor, pequeña, esta enferma, la vez poco capacitada, poco inteligente, débil emocionalmente, pobrecita…)
¿Alguna vez te has sentido una perseguidora?
Gritándole a la otra persona por sus actos que consideras inadecuados o injustos.
Con el dedo acusador.
Enfadándote y haciéndoselo ver a la otra persona.
Si incluso no quiere hablar sigues insistiendo hasta ser oída y hasta que se vea tu ofensa.
Pues este es el clásico triángulo dramático en el que todos entramos y son los 3 roles Víctima-Salvador-Perseguidor en el que todos nos movemos.
Tenemos tendencia a actuar más como uno de ellos pero vamos pasando constantemente incluso de un momento a otro por los 3.
El perseguidor juzga todo cuanto le rodea. Critica, amenaza o culpa de lo mal que le va la vida o de lo que le sucede. Es fácil imaginar que este personaje es muy intransigente y despierta mucha rabia y frustración.
- · El salvador se preocupa de modo excesivo por los problemas de los demás, incluso en detrimento suyo. Presta ayuda, aunque no se la pidan; se rodea de personas que le necesitan y asumen una responsabilidad exagerada del bienestar del resto. También genera mucha frustración porque tiende a sacrificarse, a evitar los conflictos y a no sentirse lo suficientemente reconocido por el esfuerzo dedicado.
- · La víctima se queja constantemente y busca a otros para que le resuelvan sus problemas. Se siente indefenso, susceptible e incapaz de salir solo de las dificultades. Es un personaje que genera también mucha insatisfacción porque la persona no se siente capaz de salir de la situación.
Nos resulta más fácil ver a los demás actuando con estos roles pero un poco más complicado aceptar que nosotras también los jugamos de forma totalmente en general inconsciente, en especial nos resulta más sencillo aceptar en nosotras el rol de salvadora y menos el de víctima o perpetradora-perseguidora, pero como te digo el juego es entre las 3 y si una existe es porque las otras también.
Vamos a poner un ejemplo para que podamos ver que fácilmente pasamos de uno a otro.
Tu pareja no ha venido a la hora establecida y cuando llegas te quejas y te sientes dolido ( víctima, tu eres responsable de cómo me siento), y entonces veo al otro como el perpetrador, el causante de mi pobre malestar, entonces la pareja se siente “el malo- perpetrador y trata de arreglarlo pidiendo perdón y intentando hacerte sentir bien ( salvador) o bien tu pareja se siente víctima de que te sientas así con él de forma tan exigente cuando lo hizo sin querer, se enfada y te acusa de ser una controladora ( te convierte a ti en perpetradora cuando él es quien se esta comportando así) .
Entonces tu tratas de cambiar la situación y pasas de sentirte la víctima de la situación a defenderte acusándole de ser muy poco comprensivo diciendo que podría haber llamado.
O la otra opción es que pasas de sentirte víctima a volverte la salvadora pensando que él esta muy cansado , muy estresado y que por eso se esta comportando así y lo que necesita es unos mimos y vas hacia él calmándole y preguntándole qué le pasa, qué necesita…
¿Ves que rápido?
¿Cuándo se crean estos roles ,cómo y para qué?
Como casi todas las dinámicas y juegos psicológicos se crean en la infancia, los aprendimos de los comportamientos de nuestros padres, vimos lo que hacían y ser darnos cuenta lo interiorizamos, vimos también que cuando nos comportábamos como víctimas obteníamos quizá atención, ayuda y cariño, cuando nos comportábamos como salvadoras éramos validadas y nos sentíamos fuertes y capaces y bien vistas y cuando nos comportábamos como perseguidoras o perpetradoras éramos escuchadas, tenidas en cuenta, respetadas o podíamos poner límites y si nos funcionó una vez, fue suficiente para sentir que teníamos un recurso para sentir lo que más necesitamos.
SER VISTOS, AMADOS Y PERTENECER.
y sobre todo sentir que existimos.
¿Cómo salimos de este forma dramática de relacionarnos?
1- Dándonos cuenta de cuando estamos cayendo en cualquiera de los 3 roles.
2- Decidiendo cambiarlo.
3- Saliendo nada más darnos cuenta del rol.
4- Encontrando nuevos recursos más maduros de comportamiento y de relacionarnos.
5- Aceptando la necesidad que se esconde detrás de ese rol y cubriéndola de otra manera.
6- Siendo responsables de nuestras necesidades.
7- Reconociendo nuestro poder de sentirnos y vivir como queremos. El poder de ser felices por nosotros mismos.
8- Dándonos permiso para cambiar.
De hecho existe otro triángulo que es sanador y que llamamos el triángulo virtuoso.
- La víctima necesita recuperar su propia capacidad a través del aprendizaje de sus habilidades. Ha de ganar más confianza en sí mismo, no esperar que otros le digan lo que tiene que hacer ni que le resuelvan las dificultades. Ha de desarrollar una actitud más proactiva. El cambio se consigue cuando la víctima asume el personaje de creador, de quien diseña sus propias decisiones.
- El salvador necesita hacerse cargo de su vida, aprender a “Decir no” y a poner sus propios límites. No ha de ayudar a todo el mundo cuando ni se lo han pedido (recordemos que la actitud de salvador genera dependencia, algo que no es saludable para ninguna de las dos personas). También ha de saber expresar los propios deseos con sinceridad y permitir que otros le puedan ayudar. El cambio consistiría en superar el personaje de salvador por el de facilitador, que da apoyo pero que permite que los otros sean los protagonistas.
- El perseguidor necesita asumir la responsabilidad de su enfado, de no controlar todo cuanto le rodea. Ha de aceptar su propia vulnerabilidad (cosa de la que huye como de la peste) y no pretender tener siempre la razón. En el fondo es pasar del personaje de perseguidor al de retador o a plantear desafíos para que otras personas, con sus recursos y habilidades, los asuman.
Entonces el triángulo virtuoso sería para la reconocer mi propio poder y el de otros.
Reconocer los potenciales y recursos propios y los de otros.
Y darme permiso a mí y a los demás a ser quienes somos, poner límites y decir que no.
Con suavidad, paciencia y paso a paso.
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